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Ayer, en medio de una cena con amigos, todos concordamos en lo complicado, frustrante y desesperante que es tratar con el estado; pero no solo eso, también concordamos en el desgaste al que se ve sometido un buen funcionario público porque no solo debe hacer su trabajo, sino que debe aguantar la presión de convertirse en corrupto, ya que toda la maquinaria estatal está corrompida.
¿Qué nos ha pasado como país? Pues, la verdad, es que no solo es el país, sino toda la región, todo el mundo… en todas las épocas.
Yo pienso que, si cada servidor público supiera lo importante que es, estoy seguro que nuestro mundo sería diferente… así que hoy te pregunto a ti que trabajas para el estado: ¿Qué clase de funcionario público eres?
