Un alquiler de terror

Un alquiler de terror

Durante años lo tuvimos cerrado hasta que nos animamos a alquilarlo. Por ahí han pasado algunos estudiantes y unas pocas familias que recién empezaban en la vida; la verdad tuvimos buenos inquilinos, al final del contrato siempre nos lo entregaron en buenas condiciones, nunca supimos lo que es tener «un alquiler de terror»… hasta que (ponte cómodo que no pude hacerlo más corto, pero no importa, la mayoría está con mucho tiempo libre)…

Era una familia que al principio pagaron puntual, pero luego se empezaron a atrasar aunque eventualmente se ponían al día, así durante meses… pero llegó un día que el atraso fue tanto que tuvimos que ir a hablar personalmente con ellos y nos encontramos con que la familia se había roto. Poniéndonos en el lugar de la señora, entendiendo lo traumático que es pasar por eso, comprendiendo que la niña debía seguir estudiando hasta que ella pueda irse a su ciudad de origen, llegamos a un acuerdo para que desde ese día ella pague puntual y todo lo anteriormente adeudado se pagaría cuando ella logre estabilizarse. ¡Error!

Después de meses, algunos pagados y otros nos, nuevamente fuimos a hablar con ella porque la directiva del condominio se quejó del no pago de expensas. Ya demasiado preocupados, averiguando por nuestro lado y haciendo números, a esa fecha teníamos ocho meses de alquiler adeudados, unos seis meses de expensas con sus multas sin pagar y más o menos unos tres meses de facturas de servicios sin pagar.

Hablamos con ella y decidimos juntos que era momento de que se vaya… eso sí, parte del acuerdo era el compromiso de pago de todo lo que se nos debía. Una vez más, de opas como diría mi suegra, quedamos con la mujer que en tres meses recién hablaríamos de cómo iba saldar su deuda… sí, le dimos tres meses para que ella pueda acomodarse tranquila en otro lado. Al momento de irse ella nos agradeció la empatía, la paciencia, la espera y nos dijo que confiáramos en ella.

Al entrar al departamento casi nos morimos. El departamento estaba tan destrozado que no entendíamos cómo pudo vivir así. Todas las paredes eran una mugre, el comedor que le dejamos estaba roto, el inodoro no funcionaba (ni idea cómo hacían lo que tenían que hacer), algunas pilas no daban, varios sockets y enchufes no funcionaban y, para completarla, el medidor de luz estaba dado de baja desde hacía tiempo… vivían sin luz.

Después de casi llorar al ver el estado de nuestro departamento, cerramos todas las ventanas, dimos vuelta la llave del gas, bajamos las palancas luz, nos dimos la vuelta, cerramos la puerta y nos fuimos. En ese estado no se podía alquilar y no teníamos el dinero para hacerlo arreglar.

Meses después conseguimos que nos presten dinero. Como podrán imaginar el dinero no nos lo dio un  banco… así es la vida para los que no somos dependientes, es decir, la mayoría de los bolivianos: Cuando necesitamos dinero recurrimos a prestamistas con los intereses correspondientes. Se trabajó cerca de un mes arreglando el departamento, ¡y volvió a estar hermoso!

Ya listos para poder volver a alquilar el departamento decidí llamar a la mujer para ver cómo podría honrar su deuda… habían pasado 10 meses desde que salió y no había dado señales de vida. El rato en que me contesto, le pedí que hagamos un plan de pagos de acuerdo a sus posibilidades, le dije que hasta 50 bolivianos al mes estaba bien… y ella me dijo que deje de llamarla porque si no me acusaría de acoso… ¡Sí! ¡Me dijo que me acusaría de acoso!

¿Se dan cuenta el tiempo que ha pasado? ¡Meses!

Hace tres meses volvimos a dar en alquiler el departamento a un par de jóvenes que también están empezando en la vida… ellos han pagado puntualmente hasta el último mes en el cual nos hablaron porque no tenían como pagar dada la cuarentena por el Covid-19, llegamos a un acuerdo beneficioso para ambas partes y quedamos que hablaríamos el siguiente mes para ver que hacer dependiendo de la situación.

Ayer los diputados bolivianos aprobaron una ley que condona el 50% de los alquileres y que el restante 50% se lo pagará desde enero del 2021… esta ley es una fusión de lo presentado por Victor Borda del MAS, Amilcar Barral y Claudia Mallón de UD, así que no es una ley masista (aunque tiene toda la pinta), sino que es una ley apoyada e impulsada por varios asambleístas de varios partidos políticos.

¿Estos tres asambleístas conocerán mi historia? ¡No creo! Pero se la resumo en una frase: Necesito poquito más de dos años para pagar lo que una inquilina me dejó debiendo, incluyendo los destrozos que ocasionó en mi departamento… y sin tomar en cuenta los intereses del préstamo al que tuve que recurrir para refaccionar mi departamento.

En realidad, pensándolo bien, antes necesitaba dos años para “llenar el hueco” que me dejo esa mujer… ahora necesito más tiempo porque estos asambleístas decidieron, sin preguntarme, que yo podía recibir la mitad de mi ingreso y, por tanto, este tiempo se alargará.

¿Y de dónde pagaré mi préstamo? Claro, pregunta lógica, ya que si no me entrará dinero del alquiler en lo que dure la cuarentena, ¿cómo pagaré ese préstamo?  Ojo, no es un préstamo bancario, nuevamente lo repito: A nosotros los independientes los bancos no nos dan créditos y, por si no lo saben, los prestamistas no acatarán el decreto supremo de diferimiento de préstamos dictado por la presidente.

Para completarla, debo leer por todo lado cosas como “alguien por fin les está sentando la mano a los dueños de casa” o “felicidades diputada porque usted si piensa en la gente, no como esos arrendatarios que son unos desgraciados” o “que sean más empáticos y dejen de presionar a los inquilinos” o “es tiempo de que todos ayuden”…

Hagamos algo: ¿Qué tal si todos ayudamos? Digo, si a los dueños de casa se les quita la mitad de su ingreso y, de paso, el saldo será pagado el año que viene… tengo algunas propuestas:

  • Que los supermercados rebajen todo a la mitad y que lo vendido sea “por cobrar” desde enero del próximo año.
  • Que las casas que se venden al contado ahora cuesten la mitad y que puedan pagarse en cómodas cuotas sin intereses desde enero del próximo año.
  • Que todos los funcionarios públicos rebajen su sueldo a la mitad y que el restante lo cobren desde enero del próximo año.
  • Que los colegios y universidades rebajen a la mitad sus pensiones y que el saldo se pague desde enero del próximo año.
  • Que gobernaciones, alcaldías, universidades, instituciones y empresas públicas reciba la mitad de su presupuesto y que el saldo le desembolsen en cómodas cuotas a partir de enero del próximo año.
  • Que los diputados y senadores rebajen su salario a la mitad y que el saldo les empiecen a pagar en enero del próximo año… a, no, esto no se puede, ¿no? Olvídenlo 😉
  • Y así sucesivamente…

Digo, seamos empáticos todos, ¿no?

Solo los que han sacado un crédito hipotecario, pagado su casa de a poquito, haciendo esfuerzos terribles privándose de muchas cosas para tener un techo; saben lo que se siente tener que vaciar su casa, dejarla bonita y salir de ella para que otras personas disfruten del techo que uno pensó que nunca dejaría.

Muchos piensan que los que tienen un techo son ricos, los llaman afortunados y posiblemente lo sean, pero eso no significa que no haya costado décadas hacerse ese techo, no lo han obtenido robando, lo han obtenido trabajando… no necesariamente son ricos, no siempre nadan en dinero… y si alquilan es porque necesitan, una mayoría de las viviendas que están dadas en alquiler o anticrético es por necesidad y no por negocio.

Sí, así como mí historia se sabe de cientos de historias… sí, así de empáticos también son algunos inquilinos. Dudo que todos ellos paguen desde enero, aun cuando deban pagar solo la mitad.

Y bueno… ya decidimos por acá de que los jóvenes que ahora viven en el departamento  podrán quedarse hasta que ellos quieran, son buenos muchachos. Eso sí, ellos habrán sido nuestros últimos inquilinos… el departamento será cerrado y nunca más tendremos un inquilino, que busquen otro lado… ese departamento quedará cerrado hasta que alguno de mis hijos decida independizarse… y ahí veremos si le cobramos o no alquiler.

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