¡Grítalo al mundo!

Una de las formas más eficientes para cambiar tu entorno es difundiendo lo que tú crees que está bien y lo que tú crees que está mal, buscando de esta manera crear conciencia en los demás por medio de las ideas que están en tu cabeza. Bueno, pero, ¿y si lo que tú piensas que está bien, en realidad está mal? ¿O al revés? ¡No importa! Al final, es lo que tú piensas y tuviste la valentía de decirlo… y si lo dijiste y estabas equivocado, seguro alguien vendrá, te explicará en qué estabas equivocado y tú podrás modificar tu punto de vista y rectificarte.

Fácil, ¿no? Pero, nada en la vida es fácil.

En las últimas semanas he tenido muchos temas de los cuales escribir, pero no lo he hecho. Yo, alguien ‘confrontador que no mide las consecuencias’, como me han dicho en las últimas semanas, ha tenido miedo. No sé si miedo es la palabra, sino que no importa el tema que uno toque, siempre existe alguien cercano a quien ‘le cae el guante’.

Uno habla de política y lo corruptos que son la mayoría, y ahí no más te brinca el pariente que justo está postulando a concejal. Uno dice que la empresa pública es ineficiente, y ahí no más te brinca el amigo cuyo hijo está trabajando en algún ministerio. Uno dice que el gobierno realizo una gran labor en algo, y ahí no más te brinca alguien que es de la oposición y te dice ´seguro eres oficialista´. Uno dice que los de la oposición ganarán en tal lado porque lo merecen, y ahí no más un oficialista te tacha de oligarca-latifundista-empresario-abusivo. Uno habla del amor, y ahí no más alguien te dice que tienes amante. Uno habla de traición, y ahí no más te preguntan quién te está haciendo tanto daño. Uno dice que alguna institución fue contra sus principios al hacer alguna cosa, y ahí no más te tachan de ‘persona no grata’ y empiezan a meterles miedo a los que aún quedan en la institución para que no se acerquen a ti.

¡Uno no puede decir nada! Porque más temprano que tarde alguien te dice que ´debes aprender a callar la boca y agachar la cabeza porque si no lo haces no tendrás futuro’.

¿Qué nos ha pasado como sociedad? ¡Por Dios! Vivimos con miedo de decir lo que pensamos y cuando alguien que no es político ni autoridad se atreve a levantar la voz, rápido tratamos de callarlo. ¡Un revolucionario! ¡Y de los peligrosos, porque habla! Y luego, cuando necesitamos líderes que lleven a nuestro país adelante, por caminos diferentes, nos damos cuenta que no existen. ¡Pero claro pues! ¿Cómo puede un líder formarse si es que cuando quiere tener voz, aun cuando esté equivocado, lo callamos y humillamos? Queremos personas diferentes que nos representen, pero cuando los diferentes hablan, hacen fuego, los miramos feo y les decimos: ¡no hables! ¡Cállate! ¿No ves que estas yendo contra fulano o zutano?

¿Saben? ¡Yo no me callaré! Yo seguiré GRITANDO AL MUNDO lo que pienso que está bien y lo que está mal. Trataré de no afectar a las personas que quiero, pero ‘si les hace el guante’, ¡lo siento!

¿Y tú quieres decir algo? ¡Hazlo! ¡Por favor! Que los que hablan y hablan por nosotros nos han llevado hasta donde estamos.

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