Me preguntaron: “¿Qué pasó con tus “Historias de Café?”. Respuesta simple: “Mi cafetera italiana es de cualquier lado, ¡menos de Italia!”.
Me quedé sin cafetera, simplemente se agujereó, ¡en serio!
Empecé a buscar una nueva… pero ya me cansé de buscar una de buena calidad… todas, todas, todas las que encuentro son del mismo origen, de allá por el oriente del mundo, ustedes me entienden, ¿no? 😉
Así que, o encuentro una cafetera italiana de buena calidad o aprendo a hacer café con otro método.
Y bueno, a estas cosas es que debemos enfrentarnos los que tenemos una pasión: A buscar lo mejor de lo mejor, a fallar y aprender, para que en el proceso nazcan historias dignas de ser contadas.
Mientras tanto, se aceptan donaciones si es que por ahí tienen alguna cafetera italiana que les sobre… no importa si no es de tan buena calidad, ya que “a caballo regalado no se le miran los dientes” J