Hace años aprendí que nada se debe dar gratis. En serio, ¡no des nada gratis! Y no es que cobres por todo, pero lo mínimo que se debe esperar es un “gracias”. ¡En serio! Porque luego, las personas que reciben las cosas gratis sin siquiera decir gracias, empiezan a pensar que es obligación de los demás darles algo sin que lo hayan ganado o pagado… y ese es el click mental que convierte a una persona en alguien ingrato o egoísta.
Un ingrato no se da cuenta que para recibir algo gratis, alguien ha tenido que, primero, producirlo o ganarlo y, segundo, muy importante, ese alguien ha decidido entregárselo a él (o ella) en vez de entregárselo a otra persona. Por la cabeza del ingrato no pasa ni de cerca la idea de dar las gracias a quien le entrega algo gratis; es más, algunos ingratos incluso piensan que los que entregan algo gratis, ¡deben hacerlo! Y ahí nace el egoísmo, porque un egoísta piensa solo en lo que él necesita, no se da cuenta que lo que recibe gratis posiblemente sería mejor que lo reciba otra persona más necesitada, es por eso que es mejor ni pensar que el egoísta alguna vez devuelva lo que recibió.
Pero, ¿de qué estamos hablando? ¿De bienes? ¿De servicios? ¿De dinero? En realidad hablamos de todo, no des las cosas gratis, incluyendo el tiempo que le das a otra persona. ¿Incluso estamos hablando de amistad? Sí, incluso la amistad entra acá, porque si de egoísmo e ingratitud hablamos, la que más duele es la que llega de parte de aquellos que consideramos amigos y que, claramente, no lo son.
A este punto ya te has debido dar cuenta que está demás pensar en que las personas ingratas y egoístas se de cuenta de su error, ¿verdad? No se dan cuenta porque según su forma de ver la vida, todo el mundo gira alrededor de sus necesidades, sufrimientos y deseos… llegan a tal extremo, que incluso cuando existe una tragedia que le afecta a muchos, por su cabeza solo pasa una pregunta: ¿Por qué me pasan estas cosas a mi?
Entonces, ¿qué hacer cuando tienes un ingrato o egoísta en tu vida? Lo más recomendable es sacarlo de tu vida, pero eso no siempre se puede porque si tú eres víctima de la ingratitud y egoísmo de otro, seguramente ese otro ya es parte de tu vida… mejor hubiera sido darse cuenta cómo era hace tiempo y no darle nada gratis, así solitos se iban…
Por nada más, para evitarte sufrimientos futuros, te mostraré algunos ejemplos de personas que son potenciales ingratos y egoístas, personas a los cuales no deberías darles nada gratis:
Si en una relación de amistad siempre estás disponible para el café, para la llamada, para el chat y en éstas siempre terminas dando consejos profesionales, nunca te preguntan cómo estás y, de paso, cuando tú necesitas algo de tu “amigo”, él nunca está disponible o te dice que te llamará y eso nunca ocurre… pues… mi querido, mi querida, tienes un ingrato y egoísta que dice ser tu amigo pero en realidad eres su consultor a costo cero, ¡cobrale! No regales tu conocimientos a alguien que no lo merece.
Si tu tiempo libre lo pasas educando, divirtiendo, acompañando o sirviendo a alguien, sin recibir una retribución económica, es decir, eres un voluntario en algún lado, y las personas que se benefician piensan que es tu obligación, que te hacen un favor al estar ahí, no se acomodan a tu disponibilidad, de paso, con el pasar del tiempo, se olvidan las veces que cancelaste diversión, trabajo o lo que sea, para no fallarles… querido, querida, estás perdiendo el tiempo entre egoístas e ingratos, hay muchos lugares donde se necesita gente voluntaria, ¡vete de ahí!
Si has oído los problemas de una persona, le has dado consejos, le has guardado secretos, la has consolado y entendido, todo con el fin de sanar su alma, de liberarla por medio de la escucha, y cuando tu necesitaste lo mismo, ni por si acaso te ha preguntado si podía ayudarte… querido, querida, has estado gastando tiempo en un egoísta e ingrato habiendo tanta gente que necesita lo mismo y que, seguramente, aprenderá a distribuir amor y compresión a otros, ¡deja de regalar tu preciado tiempo!
Si has hecho encargos para alguien, recogido encomiendas, comprado algo, llevado papeles, hecho cola por algún motivo; y cuando tu has necesitado algo de ese mismo estilo te ha dicho que no podía… querido, querida, eres su delivery y tramitador, ¡por lo menos pedile para gasolina!
Y los demás ejemplos te los dejo a tí… no des las cosas gratis, que ahora ya sabes por donde va la cosa, ¿verdad?
Sabes, dar algo gratis a un ingrato y egoísta no le ayuda ni al mundo, ni a ti y mucho menos a esa persona que, en algún momento, deberá darse cuenta que está sola porque el precio de la ingratitud y egoísmo es la soledad.
Y dime: ¿Cómo vamos con tus niveles de ingratitud y egoísmo?
Si en alguno de los ejemplos te has sentido identificado o en algún momento has sentido que el ingrato o egoísta eres tú, por ahí todavía estás a tiempo de llamar a esa persona que te dio algo sin cobrarte y empezar con una palabra que elimina rápido y de manera contundente la ingratitud y egoísmo: ¡Gracias!