Desperté sin ánimos de nada, con el corazón apretado y la sensación de que el mundo se hubiera venido abajo. Al principio pensé que era por ser lunes, un día que ya de por sí es complicado en mi vida (sí, me cuestan mucho los lunes y nunca he sabido el motivo), pero luego me di cuenta que no era un sentimiento normal de lunes. ¡Era peor! ¿Qué me pasaba? Buscando, buscando, caí en cuenta el verdadero motivo: Había ganado el MAS de manera contundente las elecciones en Bolivia. Sí, ya sé, ¡ridículo! Pero no era el único que sentía eso, muchísimos bolivianos compartían mí sentimiento, entonces me pregunte: ¿Por qué ha dolido tanto la victoria del MAS?
Antes que nada, es importante recordar que no es la primera vez que el MAS gana tan abrumadoramente; con ésta, ya van 4 elecciones que nadie puede hacerle frente. Entonces, ¿ya estamos acostumbrados a perder? ¡Pues no! Aunque eso pareciera, la verdad es que la mayoría de los bolivianos no estamos en competencia, sentimos preferencia por algún partido, apoyamos lo que hacen y seguimos su línea política, pero no estamos compitiendo… oímos propuestas, nos sentimos identificados y listo, vamos y votamos.
Pero esta elección no fue así.
Hace un año la mayoría de los bolivianos nos convertimos en parte activa de la vida política del país. No solo fuimos a votar, sino que salimos a las calles a defender nuestro voto y después de 21 días de lucha, con muertos y heridos de un lado y del otro, terminamos sacando al MAS del gobierno. Hicimos lo que durante mucho más de una década los políticos de oposición no pudieron hacer: Derrotar al MAS.
Este lunes una gran parte de Bolivia amaneció igual que yo, habíamos perdido frente al MAS de una manera que no la creíamos posible: En las urnas. Entonces, si perdimos en las urnas, de una manera democrática, ¿por qué nos sentíamos así? Porque esas elecciones eran el producto de la lucha terrible que tuvimos el año pasado… no había perdido un partido, habíamos perdido todos los que salimos a las calles a defender nuestro voto.
Pero lo peor de todo, más allá de que haya ganado el MAS, es que todos sentimos que nuestra lucha nos fue arrebatada. Arrebatada no por el MAS, sino por aquellos que nosotros pusimos para que gobiernen mientras había nuevas elecciones; arrebatada por aquellos a los que aplaudimos y gritamos su nombre en los 21 días de lucha y ellos creyeron que solos, solitos, habían libertado al país.
¿Cómo es posible que ahora el MAS esté a punto de ganar por mayoría absoluta cuando el año pasado tuvieron que hacer fraude para llegar al 47%? ¿De dónde sacaron ese 10% extra?
La victoria en las urnas nos fue arrebatada porque en cada mala acción del gobierno, en cada escándalo de corrupción, en cada viaje del avión presidencial con modelos y parientes, en cada funcionario público en un puesto sin siquiera saber sumar o restar, se perdían votos… la elección nos fue arrebatada porque en cada aparición en la televisión entregando hasta una “curita” a modo de propaganda electoral, en cada mensaje recordándonos que nos cuidaba como nuestra madre pensando que éramos imbéciles y que se la creeríamos, en cada mensaje vacio que se notaba preparado y estudiado de antemano, se perdían votos… la elección nos fue arrebatada porque en cada muerto por el Covid19 que podría haber sido salvado si es que no se hubieran robado la plata de los respiradores, se perdían votos… por último, para completarla, la elección nos fue arrebata cuando dieron un paso al costado en la carrera presidencial y dejaron de hacer todo lo que hacían, dejaron de aparecer en la televisión, dejaron de disimular y mostraron a las personas que todo lo que habían hecho antes era para salir elegidos, ahí nuevamente se perdió votos.
De paso, nos aparece una persona que se cree el centro del universo, que piensa que sin él no hubiéramos podido liberarnos del MAS, que “ningunea” a todos los demás departamentos diciendo que solo su departamento es el que importa, el que vale, el que lucha, el que trabaja… pasó lo que tenía que pasar, la gente se dio cuenta que había otro igual que Evo, así que se perdieron votos. Mejor ni hablar cuando traicionó a su compañero o cuando dejo de ir a las encuestas… menos votos, menos votos.
Para terminar, tenemos a un partido que se dio por ganador el año pasado, ¡no hicieron NADA para mostrar que realmente merecían el voto de la gente! No propusieron nada, no fueron capaces de llegar ahí donde el masismo se había caído para mostrar porque realmente ellos eran mejor opción.
Todos ellos son los principales culpables de lo que tenemos hoy, ¡nunca estuvieron a la altura! Dejaron crecer al MAS porque demostraron ser igual o peor que ellos. Entonces, si son igual, ¿por qué votar por ellos? “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Y eso lo pensó mucha gente, muchísima gente, que decepcionada volvió a votar por el MAS.
“Se vienen las subnacionales” ahora gritan y no se dan cuenta que más allá de caravanas no son nada, que perdieron toda validez y que la gente, los bolivianos, ¡estamos cansados de los políticos!
Estamos cansados de la gente que apoya a los políticos porque les caerá su pega, porque son tan inútiles que cuando no están en función de gobierno comen tierra porque no saben hacer nada, que cuando entras a trabajar a un puesto del estado todos los meses vienen a recordarte que “te hicieron el favor” y te la cobran con la palabra que les encanta usar: Lealtad y consecuencia.
¿Acaso son sus empresas? ¿Acaso son sus puestos de trabajo? Y se me ríen, se nos ríen en la cara, y piensan que los que trabajamos honradamente somos unos pobres imbéciles que no sabemos lo que es el poder y como usarlo.
Le recuerdo a cada uno de ellos, que nosotros perdimos UNA vez, ¿cuántas veces van perdiendo ustedes? ¡Inútiles! De paso, cuando la tenían ganada porque nosotros les dimos la oportunidad, ¡la pierden de nuevo!
Por nada más, hoy he decidido ser muchísimo más crítico con la gente que es electa, con aquellos que obtienen un trabajo en el estado y no trabajan, con aquellos que no aportan al país y que de paso les tenemos que pagar su sueldo. Con esos inútiles que no supieron hacer las cosas bien un año, ¡un solo año!
Por nada más, hoy he decidido ser más selectivo con los que aparecen en el escenario político diciendo ser los salvadores; cuando basta preguntar a quienes lo conocen, a su círculo, a sus clientes, a sus alumnos, quienes en verdad son y darnos cuenta que estamos por votar a alguien considerado malo en muchos aspectos.
Por nada más, hoy he decidido empezar a buscar alguien que valga la pena y empoderarlo, que esté libre de cualquier movimiento político, que sea limpio y, sobre todo, INTELIGENTE… porque estos burros, a los que hemos apoyado esta última elección (y hablo de todos), nos han llevado al lugar donde estamos.
Nunca más en mi vida mi voto será para “el menos peor”, porque si la cabeza es el menos peor, ya pueden imaginar cómo son los están detrás de ellos y terminarán recibiendo el sueldo que nosotros les pagamos.
Ya estuvo bueno, creo que va siendo tiempo de que una nueva Bolivia empiece a ser creada… de cero si es necesario, poco a poco, incluyendo a todos, sin menospreciar a nadie, sin considerarlo menos o ignorante… sin corrupción, sin muertos y, sobre todo, sin ninguno de los que alguna vez tuvieron la oportunidad de cambiar nuestro país, nuestro departamento, nuestra ciudad y los dejaron igual o peor.
¿Es un sueño irrealizable? Puede que sí, pero de una cosa puedes estar seguro tú que te ríes al leer este mi escrito: ¡Mi voto nunca más será por ti!
¡He dicho!