¡Qué mal que está jugando Wilstermann! ¿No ve? La hinchada no logra entender como partidos que antes eran simples de ganar, hoy no solo no se ganan, sino que se pierden de manera vergonzosa. Lo incomprensible es que el equipo está conformado por casi los mismos jugadores que salieron campeones hace unos pocos meses.
¿Qué es lo que les pasa? He escuchado y leído todo tipo de explicaciones, algunas cargadas de insultos y calificativos a los jugadores y cuerpo técnico, y la que más me ha convencido se resume en una sola palabra: Cansancio.
El anterior campeonato fue interrumpido por la “revolución de las pititas”. No sé cómo habrá sido en los demás equipos, pero sí sé que los jugadores de Wilstermann iban a sus entrenamientos de manera casi normal. Pasado el tiempo y con un paro completo en el país, lo más lógico hubiera sido cancelar el campeonato y sacar campeón al que le correspondía de acuerdo a la tabla de posiciones. ¡Pero no! Decidieron que se debía continuar y que se jugarían dos fechas cada semana… no había posibilidad a que falle una fecha, porque si fallaba se seguiría jugando el siguiente año. ¿Por qué decidieron continuar? Los motivos solo lo saben ellos, pero en el “ambiente futbolero” se maneja la teoría de que todo se debió a que el premio mayor era un cupo a la Copa Libertadores de América y a la nada despreciable cantidad de dinero que eso significaba: 3 millones de dólares.
Así que Wilstermann, al igual que todos los equipos, jugó incansablemente, con la única diferencia de que “el rojo del valle” no perdió ni un solo partido… y esto, justo esto, les trajo un nivel de cansancio físico y mental que aun cuando salieron campeones, hoy están tan desgastados que pareciera que lo que menos quieren es patear una pelota. Sí, así pareciera que juegan: Sin ganas ni corazón.
Y lo anterior nos enseña una cosa: No importa cuánto ames lo que haces ni cuán bueno seas, si quieres que tu desempeño sea bueno y constante, lo que necesitas es descansar. Necesitas de vez en cuando dejar de lado tu pasión y poner tu mente en otra cosa… y luego volver con el mismo ímpetu del principio… y sentir que fuiste creado para eso.