Nuestra marcha invisible

Por: Ariel Antezana

El 1° de diciembre partió de Cochabamba una importante cantidad de personas que iniciarán una marcha hacia La Paz desde la localidad de Konani. Se espera que con el pasar de los días se unan más personas y se inicien otras marchas hacia la Sede de Gobierno con un solo objetivo: Hacer respetar el resultado del Referéndum del 21 de febrero del 2016 en el que la mayoría de los bolivianos votamos por no modificar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado que impide la re-re-elección del Presidente y Vice-Presidente del país.

Muchas marchas hasta La Paz se han vivido en la historia democrática de Bolivia, recordamos, en agosto de 1986, la «Marcha por la Vida» en la que más de 25.000 trabajadores mineros, para evitar la privatización de las minas estatales y la re-localización de mineros de sus fuentes de trabajo. El Gobierno de Víctor Paz Estenssoro dicto «Estado de Sitio» y la marcha fue duramente reprimida, faltando 60 Kilómetros para llegar a La Paz los dirigentes de los trabajadores, precautelando la seguridad de su gente decidió suspender la marcha y replegarse a sus lugares de origen.

En septiembre de 1990 los pueblos indígenas del oriente boliviano marcharon hacia la Sede de Gobierno con el objetivo de hacer respetar sus territorios y dar a conocer a todo el país el precario sistema de vida que llevaban, la «Marcha por el Territorio y la Dignidad» arribó a La Paz después de 34 días de marcha, el Gobierno de Jaime Paz Zamora firmó tres decretos en favor de los originarios reconociendo sus territorios y decretándola intangibilidad y protección de zonas indígenas.

Otra de las marchas que conmovió a toda Bolivia y la más reciente se llevó a cabo entre marzo y abril del 2016 cuando, alrededor de 500minusválidos marcharon más de 350 kilómetros pidiendo un bono de 500 Bs(menos de 75 $us). El Gobierno insistió durante toda la marcha establecer el diálogo, pero siempre con la misma vehemencia de no negociar su resolución de no otorgar dicho bono. Cuando los minusválidos llegaron a la Sede de Gobierno,no solamente se encontraron con la negativa a sus demandas debido, según el Gobierno a que no había presupuesto, se encontraron con represión policial y como si eso fuera poco la Plaza Murillo, se acordonada haciendo imposible su capacidad ingreso, 500 ciudadanos bolivianos minusválidos fueron reprimidos y no los dejaron entrar a una plaza pública… Mientras tanto, a algunos metros de allí, como un testigo mudo e irónico se encontraba, a media construcción todavía «La Casa Grande del Pueblo» edificio mandado a construir por el Presidente Morales con un presupuesto de más de 254 millones de bolivianos(36 millones de $us). Tuvieron que volver a sus lugares de origen, derrotados y sin conseguir lo que pedían al Gobierno.

 Estas tres marchas que acabo de mencionar tienen algo en común, respondían a demandas sectoriales, ya sean laborales como en el caso delos trabajadores mineros, territoriales en el caso de los indígenas del oriente o de calidad de vida como en el caso de los minusválidos…

En esta ocasión se marcha, por increíble que parezca, exigiendo al Gobierno y en particular al Presidente y Vice-Presidente que respeten el resultado de un Referéndum que ellos mismo convocaron y que juraron, frente a todo el país, en discursos, conferencias de prensa, entrevistas y por todo medio posible respetar… Discurso que fue válido e insistente mientras tenían la seguridad de ganarlo. En cuanto se supieron los resultados definitivos, empezaron a buscar toda posibilidad de desconocimiento de esos resultados, desde la ridiculez de proclamar un «empate técnico» que nadie creyó hasta el punto de mover todo el aparato estatal para que los Magistrados de Tribunal Constitucional, afines al Gobierno, por supuesto,establezcan una fingida legalidad en una nueva re-postulación aludiendo un derecho humano de los mandatarios es su libre elección, antes que el derecho de todo un país de pedir respeto sobre un Referéndum, que se entiende es el máximo nivel de decisión ciudadana y democrática.

¡Más aun cuando de boca del mismo Presidente hemos escuchado decir que “no se quiere ir porque ya se ha acostumbrado al poder y no lo quiere dejar más” se entiende claramente que esto, de lo que se trata es la angurria y la perpetuación en el poder porque si!

La marcha lleva a La Paz a ciudadanos comunes, con profesiones, oficios y ocupaciones diferentes, estratos sociales diferentes, orígenes diferentes.

Es un conjunto de personas que no tienen muchas cosas en común entre sí, más que la exigencia del cumplimiento de la Constitución Política del Estado, la cual, se supone es la Ley de Leyes y que esta, aún, sobre los mismísimos gobernantes, aunque éstos, en su momento ya la cambiaron y modificaron para cumplir sus intereses.

En el transcurso de los días se espera que la marcha crezca, así como también haya un punto de encuentro con otra marcha de las tierras bajas que parte «simbólicamente» de Chaparina, lugar donde el Gobierno del M.A.S. protagonizó, en septiembre del 2011 una feroz represión contra una manifestación de quienes exigían sus derechos, quedará en la memoria del pueblo boliviano los vejámenes y humillaciones a los que fueron sometidos los hombres, mujeres y hasta niños en aquella ocasión.

Sin duda alguna, el Gobierno y sus diferentes instancias, en un principio, minimizaran la marcha, dirán que son solo unos cuantos, que no representan a nadie, seguramente sus «guerreros digitales» llamarán la «marcha de los clase-medieros y jailones«o cualquier otro término para restarle importancia a algo que es realmente importante y seguramente, al llegar a su destino serán reprimidos, o no dejaran, por la fuerza, que lleguen a su destino.

Marchar hasta la Sede de Gobierno para que se respete la votación de un país. Según cifras oficiales, representan al 51,3% que votamos por la opción de la NO re re re-re-elección del Presidente y Vice-Presidente, aunque, todos sabemos que en realidad ese porcentaje es mucho mayor. Eso es lo que están haciendo esas personas, no liderizadas por ningún dirigente sindical,social o político. Marchan porque están defendiendo aquello que hace 35 años le costó tanto recuperar a nuestro país, la democracia, esa democracia que garantice que la mayoría manda, que el pueblo está representado, precisamente por esa mayoría.

Solo por eso, el país les debe agradecimiento, respeto y solidaridad.

¡Que la justicia acompañe sus pasos!

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