Un profesional falsificado

Hace muchos años, cuando daba cátedra en una universidad pública, conocí a un colega que era increíblemente carismático; tan movedizo que bastaba verlo para que uno termine cansado, un experto para hablar de cómo hizo una u otra cosa en el pasado, siempre en contacto con la parte ejecutiva de la universidad, un maestro para decir ‘lo que debe ser dicho’ en el momento apropiado para ganarse el favor de los demás. Sin embargo, cuando se tocaban temas profesionales que requerían su experiencia tan mencionada, él siempre desaparecía.

Conforme fue pasando el tiempo su carisma jugó en contra. Un docente se cansó de que su buena vibra, y no su capacidad profesional, le permita copar espacios que eran ocupados por otros; así que indagó un poco, no se requirió mucho la verdad, y descubrió que el título de este gran profesional era clonado.

Fue un escándalo controlado, por suerte no dio clases más que unos meses, él fue encarado, lloró de vergüenza (literal) y terminó echado a patadas de la universidad (también literal)… y nunca más supe de él, se perdió en mi memoria… hasta ahora que tantos títulos universitarios de dudosa procedencia han salido a flote.

En los últimos días el Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia ha aceptado que él nunca terminó la universidad. En ninguna de las dos carreras que curso a nivel universitario y, por tanto, mucho menos hizo algún posgrado. ¿Existe algún problema en que él no sea profesional? ¡Ninguno! Para ese cargo no es un requisito poseer un título universitario, lo ideal sería que si sea profesional pues el conocimiento te abre la mente, pero no es un requisito.

En lo que si hay un problema es que él tenga documentos públicos donde aparece como licenciado, que haya firmado por acá y por allá documentos como licenciado, que haya recibido un doctorado Honoris Causa dado por la Universidad de Buenos Aires considerando que él era licenciado y que incluso había realizado estudios de posgrado. Y, para completar, que haya dado clases en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), considerada la mejor universidad de Bolivia.

Todo lo anterior el Vicepresidente puede explicar y quedar más o menos bien, todo menos una cosa: ¿Cómo dio clases en la UMSA? Para entrar a dar clases en una universidad pública se siguen varios pasos y uno de ellos es la presentación de títulos certificados; por tanto:

  1. NO presentó un título porque no le exigieron. Entonces, SI falló el proceso de contratación y existe un culpable dentro de la UMSA que no es el vicepresidente.
  2. SI presentó un título porque si le exigieron. Entonces NO falló el proceso de contratación y existe un culpable fuera de la UMSA que es el vicepresidente.

Personalmente no me importa si el Vicepresidente es licenciado, ni tampoco me importa si usó un documento falsificado; que de eso se ocupe la oposición que seguro puede armar algún tipo de juicio por el uso de documentos falsificados o títulos no obtenidos, ni idea si se puede, no soy abogado.

Lo que me molesta, lo que me hace hervir la sangre, es que nuestro pobre país viene siendo manejado por personas no preparadas a lo largo de años y años… si no son décadas. Si nuestro vicepresidente es capaz de darse título de licenciado, firmar como tal y acceder a reconocimientos gracias a este título; entonces cualquier ciudadano de a pie verá normal hacer lo mismo, ¿no? Y eso es lo que se ha estado dando en este gobierno y en los anteriores. Es por eso que nuestras oficinas gubernamentales se llenan de consultores, porque los grandes profesionales que ocupan los puestos del aparato estatal no tienen la capacidad profesional para hacer su trabajo y deben contratar a alguien para que les enseñe o, mejor, se lo haga.

Lo primero que se debería hacer antes de contratar una consultoría sería averiguar porque un profesional no puede hacer algo para lo cual en teoría ha sido contratado. Ya me imagino yo diciéndole a mi jefe: ¿Sabes? No sé hacer esto que me pides, sé que me pagas para que yo sepa hacer eso, pero no se hacerlo… ¿por qué no contratamos a alguien que nos lo haga mientras tú sigues pagando mi sueldo? Ja ja ja, ¡ni en sueños!

En Bolivia existen profesionales muy capaces, con títulos obtenidos después de horas y horas de estudio, con experiencia de años en los rubros más diversos, ¡lo mejor de lo mejor! Y muchos de ellos, no todos, pero muchos trabajan en empresas privadas ganando una miseria, ¡cuando son ellos los que deberían formar parte del aparato estatal! Son ellos los que deberían estar en las empresas del estado, empujando para que todo vaya mejor, para que el país vaya más rápido, para que cada instancia del gobierno esta comandada por alguien tan capaz, pero tan capaz, que el solo hecho de oírlo hablar sea una cátedra de cómo hacer bien las cosas.

¡Pero no! Muchas instancias estatales, sean oficialistas o de oposición, poseen en su planilla trabajadores con títulos profesionales de dudosa procedencia… algunos los clonan, otros los falsifican, los más pudientes los compran y, cuando no pueden hacer nada de lo anterior, los que contratan se hacen a los locos en pedirles los documentos que acrediten su nivel de formación. Lo más chistoso es que muchos de esos ‘profesionales de papel’ terminan ocupando cargos ejecutivos en los organismos del estado, ¡claro pues! Si son los que más muñeca tienen, ¿no? Ni modo que terminen de empleados, ¡no pues! Ellos deben ser jefes, no ve que casi-casi son licenciados.

Y de repente, gracias a todo lo anterior, ‘nace’ un nuevo licenciado o licenciada… licenciado acá, licenciada allá… y como se la pasan años de años oyendo ser llamados licenciados o licenciadas, pues hasta se la creen… cuelgan sus títulos en todas las paredes de su oficina o de su casa, le sacan copias para mandárselas a sus parientes, cambian sus cuentas de Facebook para que claramente se vea que ahora no son ‘Juanita Pérez’ sino son ‘Lic. Juanita Pérez’ y así van avanzando en la vida, hasta que caen en cuenta que sus conocimientos son tan profundos en su área, son tan completos y con una base científica tan buena, que deciden enseñar, ¡y lo hacen! Van a las universidades, no muestran títulos, sino sus credenciales… y listo, tenemos alguien que enseñará a las generaciones futuras ‘como deben hacerse las cosas’.

Lo que ellos no saben, lo supieron algún momento pero decidieron ocultarlo debajo de todos sus documentos y títulos de mentiras, es que las personas más cercanas… sus parientes, sus amigos, sus vecinos… sus compañeros de colegio, de universidad… saben que ellos nunca terminaron su carrera, que son un fraude, que son una vergüenza y que todo lo que son se resume a una sola cosa: un profesional falsificado.

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